Mediante una entretenida sesión, se colocan una amplia gama de pañuelos de diferentes tonalidades cerca del rostro del cliente, para así observar cuáles son aquellos que más iluminan su tez; los que resaltan sus imperfecciones, ojeras y las líneas de expresión, o por el contrario, esos que las disimulan… En definitiva, en qué grado y de qué manera le acentúan y potencian los diferentes colores los rasgos del rostro de forma totalmente personalizada.

Si un color es favorecedor, dará un efecto de luz inmediato consiguiendo que esa prenda y estilismo hable por sí solo. El color que lucimos cerca de la cara, rebota en la barbilla por lo que tiene una repercusión instantánea en el rostro, iluminándolo o apagándolo, endureciendo las facciones o suavizándolas.

De esta forma, se averigua qué prendas y complementos utilizar en el tren superior del cuerpo. Así, se ahorra tiempo y dinero a la hora de escoger el vestuario, ya que las dudas sobre cuáles son los colores que más o menos favorecen quedan disipadas y ya no se caerá más en el error de comprar una prenda y después que quede olvidada en el armario porque no nos vemos favorecidos con ella o no sabemos cómo combinarla.