Básicos en la moda
Little black dress
De la misma forma que desde los años 20 en que Coco Chanel acuñara el término little black dress, esta prenda se ha ido reinventando y la podemos encontrar con diferentes cortes, escotes, largo, etc; también debemos reinventar nuestro armario y, con ayuda de los complementos, lucir el little black dress en cualquier ocasión sin renunciar ni estilo ni a nuestra marca personal.
Una vez hemos escogido nuestro little black dress perfecto, tenemos que pensar en la situación en la que se pretende lucir. La clave es que ese mismo vestido podamos aprovecharlo en diferentes ocasiones con garantía de éxito. ¿Dónde está el truco? En los complementos y accesorios. Por ejemplo, para un look formal, se puede escoger un bolso de mano de lentejuelas, un colgante con forma de V o de pico que enmarque y estilice el escote y unos elegantes zapatos de tacón. (Aprovecho para contaros un truco de estilismo: para parecer más alta y estilizada, el zapato de tacón debe ser del tono de tu piel, medias o pantalón. ¡Dará la sensación de que tus piernas nunca terminan! ) En cuanto al maquillaje, deberá ser marcado, por ejemplo usar un tono rojo en uñas y labios y un peinado trabajado.
En el caso del outfit más informal, lo ideal es decantarse por un zapato plano o incluso zapatillas de deporte, un bolso tipo shopper, un pañuelo anudado al cuello que le reste importancia al escote y unos pendientes en tonos alegres, acompañado de un peinado desenfadado y un maquillaje nude. Este será el cocktail perfecto para nuestro día a día.
No todo vale
Por supuesto no todo vale. Es muy importante tener en cuenta nuestra morfología corporal para saber qué patrón escoger para nuestro vestido. No olvides que es una prenda que debe lucir perfecta y estilizar nuestra silueta al máximo. Y cómo no, no podemos olvidarnos de nuestra colorimetría. Si el color negro es un tono que no nos favorece es clave tenerlo en cuenta. Así se potenciará con el maquillaje y complementos y darle esa «luz, vida y alegría», que esta tonalidad no aporta por sí sola al estilismo.